La primera cagada de la historia de los videojuegos

Se suele decir que el éxito tiene muchos padres y lo cierto es que no está muy claro quien fue el de los videojuegos aunque casi todos los libros y expertos coinciden en señalar a Steve Rusell y su  "Spacewars" como el primer creador y el primer videojuego, pero ¿cómo puede un tío al que le llamaban "babosa" en la universidad ser el padre de todo este tinglado? Pues como siempre gracias a los desaciertos de otros.

Corría el año 1958 en los Estados Unidos, ya se conocía lo que era capaz de hacer la energía nuclear y era común que el gobierno americano hicera jornadas de puertas abiertas en laboratorios y centrales nucleares para que los ciudadanos pudieran ver de primera mano que era algo seguro si se usaba con control. En el laboratorio de investigación nuclear de Brookhaven, trabajaba para el gobierno William Higginbotham, un físico que tuvo una idea genial.

No se me ocurre nada más aburrido que unos físicos enseñando un laboratorio de física nuclear, y al bueno de William tampoco, por lo que decidió coger prestados algunos de los carísimos équipos del laboratorio y de manera apartada hacer algo que llamara la atención de los más pequeños.

Con un osciloscopio que hacía de pantalla y de terreno de juego y un programa militar de alto secreto que se utilizaba para calcular la trayectoria de los misiles programó el que podríamos llamar primer videojuego de la historia "Tennis for two":

"Tennis for two" el primer videojuego de la historia

El juego fue todo un éxito y se formaron enormes colas de gente que quería jugar en lugar de continuar con la visita programada. Incluso guardaron el juego para futuros eventos hasta que una máquina de rayos cósmicos le quitó su lugar dentro de los "días del visitante" y William se olvió de él.

William, que debía ser muy inteligente aunque un poco tacaño, no decidió patentar su invento por no pagar los diez dolares que le habrían cobrado en el registro de patentes y si no hubiera sido por esta "cagada", el padre de los videojuegos no sería un tipo apodado "babosa", William Higginbotham sería rico y famoso y los videojuegos no los conoceríamos tal y como son ahora.