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jueves, 12 de julio de 2012

Los japoneses las tienen más pequeñas.

Si en el artículo anterior os hablé de como varias consolas fracasaron por no hacer caso a lo más pequeño, en éste me vais a permitir que me vaya por el polo opuesto y os contaré el que considero que fue la primera metedura de pata de Microsoft en el mundo del videojuego.

Hay que reconocer que la compañía creadora de Windows no lo ha hecho nada mal en el mercado de las consolas y ha conseguido en sólo dos generaciones posicionar la marca Xbox en lo más alto junto con sus otros competidores, llegando a ser actualmente la consola más vendida en Estados Unidos, que a su vez es el mercado más importante del mundo del videojuego.


2ª generación y modelo actual en venta de Xbox

A pesar de su éxito en tierras americanas, hay un mercado que nunca ningún fabricante foráneo ha conseguido conquistar y os puedo garantizar que han sido muchos los que lo han intentado, incluido Xbox. El mercado en el que las compañías chocan una y otra vez como si fueran olas contra un muro no es otro que Japón y es que la particularidad de los gustos de los jugadores japoneses es muy difícil de entender para las empresas occidentales, tanto de hardware como de software, pero si hubo una compañía que cometió un error garrafal en sus inicios, esa fue sin duda Microsoft.

Como ya os he comentado en alguna ocasión el creciente mercado de los videojuegos lo hacía interesante como negocio para las diferentes compañías que intentaban abordarlo pero la entrada de Microsoft en el mundillo se debió, según cuentan los cronistas, a otros motivos.

Microsoft en aquella época, tenía la visión de que en el futuro, un ordenador comandaría el ocio de las familias y presidiría el cuarto de estar, permitiendo poder reproducir películas, fotografías, presentaciones, videoconferencia, navegar por Internet y por supuesto jugar, por lo que empezaron a desarrollar productos encaminados en este sentido como fue su Windows Media Center, pero no contaban con que eran las consolas las que se estaban adueñando de  las televisiones de los salones de estar y que esto se agravaría más con la llegada de Playstation 2, la cual incluía lector de DVD de serie. Lo más peligroso de esto para la compañía de Redmond era que al ser sistemas cerrados no necesitaban Windows para funcionar por lo que Microsoft vio peligrar su posición de liderazgo y decidió que tenía que introducirse en el mundo del videojuego a cualquier precio.


Bill Gates en una de las diferentes presentaciones de su Windows Media Center

Fue durante las Navidades de 2001 cuando se puso a la venta en Estados Unidos la primera Xbox y una de las cosas que más llamó la atención fueron sus exageradas dimensiones y su peso comparada con sus competidoras. Internamente, a priori, Xbox tenía más en común con un ordenador que con una consola de videojuegos ya que por ejemplo incluía un disco duro  para grabar partidas y música o tarjeta de red. 

Xbox comparada con sus otras dos competidoras, Playstation 2 y Gamecube

A pesar del disco duro interno, Xbox también permitía grabar partidas en tarjetas de memoria para poder llevártelas donde quisieras, pero en lugar de introducir la tarjeta en la consola, se tenía que introducir en el mando de control que además, por si fuera poco también incluía la rendija donde poder conectar el accesorio y los auriculares de la plataforma online "Xbox Live" amén de dos botones más que se situaban encima de los cuatro clásicos del estándar de la época. Todos estos fallos de diseño hicieron que el primer mando fuera mastodóntico hasta el punto de ganarse el apelativo cariñoso de "Fatty" y de estar incluido como el mayor mando de la historia en la edición de libro "Guiness World Record Games" de 2008.


El "fatty" era considerablemente más grande que los mandos de las otras consolas.


Que el mando fuese grande no tendría ningún inconveniente si no fuera porque se hacía incómodo llegar a los botones ya que requería tener unas manos grandes y cuando se estaban varias horas jugando con él, las palmas acababan resentidas de tanta presión que se tenía que ejercer.
  
Con todas las críticas que estaban recibiendo, en Microsoft decidieron rectificar rápidamente y sacaron un nuevo controlador mas pequeño al que añadieron la coletilla "S" de "Small" y el cual debería estar terminado a tiempo para el lanzamiento de la consola en Japón durante febrero de 2002.


El Controller "S" a la derecha era bastante más normal que su antecesor.


Como el propio Bill Gates había declarado que el mercado nipón era prioritario para ellos, se decidió que la consola se presentaría antes en ese territorio que en Europa y que sería el propio Gates en persona quien entregaría la primera consola vendida en Japón. Además, como muestra de ese interés decidieron que en las Xbox que se vendieran en el país del Sol naciente se incluiría el nuevo mando de serie. Por si fuera poco, Microsoft gastó millones de dolares en una agresiva campaña de marketing para intentar entrar con fuerza en ese país e hicieron diferentes eventos publicitarios en las calles de las principales capitales. 


Con lo que no podían contar era que hasta el hombre más rico de la tierra por aquella época podría "cagarla" delante de toda la prensa cuando afirmó que se había cambiado el mando de control en Japón porque allí tienen las manos más pequeñas. Aquellas declaraciones dieron rápidamente la vuelta al país y se consideraron una ofensa para los jugadores japoneses que pensaban que se les comparaba con las manos de una chica y por lo tanto que jugaban como chicas. Por supuesto las bromas del resto de países no se hicieron esperar y los chistes fáciles acabaron por enojar más a los japoneses que boicotearon las pocas posibilidades que Xbox tenía en aquel país.


Bill Gates y el actor y luchador de Wrestiling "The Rock" durante la  presentación de Xbox.

Por comentar algunas cifras os diré que según la editora de revistas de videojuegos japonesas "Interbrain", durante los tres primeros meses de vida de Xbox en Japón, Playstation vendió cuatro millones de consolas, Nintendo 1,2 millones de su Gamecube y tan sólo 190.000 Xbox. Estas cifras no mejorarían con el tiempo, alcanzando el irrisorio volumen de 530.000 unidades durante toda su vida. 


Han pasado diez años desde aquello y se puede decir que Microsoft está totalmente asentado en todos los mercados, pero Japón se le sigue resistiendo y no son pocos los rumores que apuntan a que dentro de no mucho tiempo dejaran de gastar esfuerzos y dinero en dicho país. No creo que Microsoft lo hubiera hecho mucho mejor aunque su principal accionista no hubiera hecho alusión al tamaño de la anatomía de los japoneses, pero lo cierto es que si Japón se hubiera rendido a los pies de Xbox, el catálogo de la consola sería muy distinto y los videojuegos no serían tal y como los conocemos ahora.

3 comentarios:

  1. Alucino con tus artículos y como por una declaración mal entendida o mal interpretada pueden caer las ventas y expectativas de un producto.
    ¡¡Qué difícil es hacerlo bien (grupos de trabajo donde se estudia hasta el milímetro el diseño, el marketing, la publicidad y por supuesto mil grupos de ingenieros trabajando) y qué fácil cagarla!!!

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  2. Hola, gracias por leer el artículo. Efectivamente, un sólo error puede dar al traste con la mejor estrategia de mercado y se puede aplicar a cualquier ámbito de la vida. Además, como demuestra esta historia, cualquiera puede ser el causante del desaguisado, ni el hombre más rico del mundo se libra.

    Un saludo.

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  3. no habia visto esta paguina y me parece bastante excelente en sus articulos a favoritos

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